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Demián Ventura: el restaurador del paso del tiempo

  • Foto del escritor: 100 Barrios Porteños
    100 Barrios Porteños
  • 15 may 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 21 jun 2020



EL SUPERHÉROE DE PARQUE CHACABUCO

Demián Ventura: el restaurador del paso del tiempo

Es artista plástico, restaurador, coleccionista y museólogo. Ventura le abrió las puertas al arte en todos los aspectos de su vida.

Por Magalí Flores.


Demián Ventura es una persona apasionada por el arte desde el minuto cero. Quizás sea porque su abuelo era herrero artístico y dibujaba, al igual que su mamá. Definido por sus pares como amable, apasionado, noble y talentoso, Ventura se autoconsidera un coleccionista de historias. “Todos los juguetes tienen una historia tanto a nivel personal como a nivel industrial”, sostiene.


Es dueño de un museo de juguetes antiguos ubicado en Parque Chacabuco. Este museo surgió de una colección que Ventura realizó durante 20 años a modo de proyecto personal. Hasta que en un momento pensó era algo demasiado valioso como para no compartirlo con los demás. Fue así como surgió la idea de abrir este museo al que llamó Super Batuque que comprende una colección de juguetes de las décadas del 40 al 60.


“Todos los juguetes tienen una historia tanto a nivel personal como a nivel industrial” - Demián Ventura.

Si bien comenzó siendo un proyecto personal, se transformó en lo que él mismo describe como una “salida familiar de un sábado por la tarde”. El museo lleva el nombre de uno de los juguetes que más marcó su infancia, el cual, por las vueltas de la vida, reencontró en un local de juguetes de un amigo y colega. Una de las principales colecciones que exhibe es la de Superman, su juguete favorito.



Ventura cuenta que, si bien el museo está donde está porque era el lugar disponible, también tiene una ubicación estratégica. “Según la museología, los museos de colección deben estar cerca de los centros urbanos, pero no dentro de ellos, por una cuestión de conservación del juguete”, explica Ventura.


Es muy querido tanto en el ámbito familiar como en el profesional. “Cuando lo necesitas, está para ayudarte, es una persona ejemplar”, declara su hermana Samanta Ventura. Adrián Cellone, coleccionista y colaborador del museo describe a su compañero como alguien muy generoso con su conocimiento y “totalmente apasionado en cada proyecto que emprende”. Es una persona humilde, reveló que nunca se imaginó que el museo iba a tener tanto éxito y que le cuesta decir que es su director porque no lo piensa como una institución.


(Crédito de la foto: Clarín)


La restauración también es un arte que forma gran parte de su vida y sus pasiones. Se trata de detener el deterioro de los objetos, en este caso, los juguetes. Esto no quiere decir dejarlos como nuevos, sino que se recuperan los rasgos importantes sin intervenir de más para conservar la pátina del tiempo. Intenta que la mayoría de las piezas que ingresan al museo queden en estado original y confiesa que, en algunos, se pueden observar los detalles y marcas que delatan que un niño ha jugado con él. “No me gusta cuando restauran un juguete a nuevo porque pierde la magia y la historia”, agregó.


“Mi pequeño mundo gira en torno al juguete”, cuenta el museólogo, quien también tiene obras de su propia autoría. Una de sus favoritas se llama Después de la batalla y simboliza el momento posterior al juego del niño. Cree firmemente que la infancia es un momento de la vida que marca el resto del camino por recorrer y que el juguete indicado en el momento indicado puede llegar a definir a la persona en un futuro.


“Después de la batalla”

Obra de Ventura hecha en acrílico sobre tabla de 70cm x 150 cm.

Crédito: archivo personal de Demián Ventura


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